Manifiesto

Nací en el corazón de mi eterno amado. Fuí creado para reflejar Su gloria, amarlo con todo y compartirlo con otros...

Nací Para arrazar el infierno, sacudir huestes, pues soy tormento de demonios, a causa del Espíritu insondeable y eterno que reposa en mi interior.

No es mi culpa que ellos no lo soporten, satán me odia porque soy la viva imagen de mi Dios, y auque le hayan puesto precio a mi cabeza, que busquen la manera de hacerme revolcar en las concupisencias de mi corazón, su inmundicia banal, efímera, terrenal, diabólica, NO SE COMPARA con la misericordia y gracia de mi amado. Tratan de venderme espejos de esclavitud por mi oro y por mi plata, quieren arrebatarme a mi mujer, y a mis saetas, soñados hijos hermosos.

La violencia de esta guerra terminará con la gran victoria que ya ha sido declarada, por lo cual, me gozo, me deleito en los brazos cálidos de mi amado que ha ganado TODO POR MI.
Y yó ¿Qué habría de pedir? El consolador sabe e intercede para pedir como conviene, pues ni aún creo merecer nada, pues solo soy un vaso frágil de barro, soy un niño que busca depender absolutamente de Papá, pues donde Él esta, siempre estoy seguro.

Por lo tanto me levantaré en este tiempo que me tocó vivir, pues es MI OPORTUNIDAD, para ser lo que se soñó para mí desde la eternidad. Soy el presente, y el futuro.

He fallado mucho, y no me enorgullezco de eso, le he fallado a amigos, le he fallado a familia, me he fallado a mi mismo, pero NADA puede sacudirme ahora del suelo eterno que piso!!! EL pasado, ha quedado atrás, y ha sido olvidado, ahora alzando mis ojos, contemplo la meta, en la pista que corro, con ganas de llegar primero, para poder Verlo tal como Él es y ser transformado a la imagen de Su hijo, se que cada vez soy menos Arturo, menos miedos, menos complejos, menos mentiras, menos orgullos...
Y soy feliz pues el camino por el que voy tiene una meta eterna, por lo tanto, se ha convertido en un camino perfecto que esta por mostrarme nuevos retos, y oportunidades de cumplir con Sus sueños.

El espíritu que ha hecho morar en mí, me anhela celosamente. Y mi debilidad se ha convertido en mi mayor fortaleza, pues cuando soy debil, entonces soy fuerte.

Guerrero de Su amor, luchador que no golpea al aire, sino que da golpes certeros a la cabeza del enemigo de mi alma.

El corazón de mi amado es mi fortaleza, y vestido con mi armadura completa no voy a caer.
Su amor tan grande me hace no querer lastimarlo ni fallarle. Y aún si volviera a tropezarme, por Dios, que nunca dejaré de intentarlo... tengo quién me sustente y me levante!!!